martes, 8 de septiembre de 2009

Agonía

Sobre mi cama lo veo dormido. Yo envuelta en una toalla con el cuerpo mojado, cansada. Alex se asoma no sé a qué.
-¿Qué le pasa a ese gato? –pregunta.
-Nada, está durmiendo.
-No, Gora, se lo ve muy mal, tiene la mirada perdida-. Pero yo no quiero saber de verdades.
-¡No le pasa nada! –protesto, y lo toco. Su cuerpo helado me estremece. Sus músculos tiesos ya no responden a mis caricias. Froto con fuerza su pequeño tórax, no es posible que una vida tan corta se pueda consumir antes de haber llegado a ser realmente. Le hablo, suplico que me responda, mientras Alex insiste en que ya está, que lo deje ir, es demasiado tarde. Y me dejo caer en un aullido, lo tomo en brazos recostándolo contra mi pecho desnudo. Su frío me congela, me revuelve el estómago tanta injusticia. Yo se lo dije a Aura, si vas a tener un gatito cuidalo, son muy frágiles. Pero ella no me hizo caso, y el pobre fue en busca de mi auxilio, y yo no supe darme cuenta a tiempo. Y eso que Bardo al acercarse lloró a mi lado. Ahora afirma sus patitas en mi hombro para secar las lágrimas que bajan por mis mejillas.
Aura aparece con sus ojos tontos e inútiles, demasiado tarde para reparar el error.
–¡Hacé algo! –le exijo-. ¡No lo podés dejar morir así, como si nada!
Yara golpea las paredes enfurecida y putea en alemán.
-Dámelo –insiste Alex, - ya no hay nada que hacer, está en otra parte-. Yo me resisto, lo apretó más, le hablo, ruego que me conteste. Alex lo arranca de mis manos y corre escaleras abajo. Yo permanezco en la cama despojada de mí, despojada de todo, desnuda y desvalida ante tanta impotencia.

1 comentario:

  1. Gora , solo una vez tuve que agarrar un gatito muerto de abajo de una maceta . Parece que fue a morirse ahi , y la sensación de frio e inmobilidad aún la recuerdo. Lamento tu pérdida, esta relatada con mucha dulzura.

    ResponderEliminar